Barman, un chico con
suerte
Si existe una persona que
parece alimentarse de las ollas al final del arcoiris, ese es
Armando. Oriundo de la ciudad de México, Barmand, como se le conoce
en el bajo mundo del desarrollo de los videojuegos onírikos, es un
personaje de película, mezcla entre Bob de Monster vs Aliens
y los Ewoks de la Guerra de las Galaxias, es poseedor de una
suerte sin igual. Y para muestra un botón, hace un poco más de 4
años, Daniel lo invitó a trabajar con él, sin embargo Barmand no
se sintió con las herramientas suficientes para mostrar todo su
potencial, por lo cual declinó ante la propuesta; dos años más
tarde contactó nuevamente a Daniel para ofrecer sus servicios a lo
que por respuesta recibió la invitación para trabajar en Onirik.
Su integración al equipo
fue muy natural, acoplándose desde su primer día con el resto de
los integrantes como si los conociera de toda la vida. No hay una
sola situación que dependa del azar que los muchachos no le encargue
a él, ya sea en el terreno laboral como encontrar equipo de cómputo
nuevo a excelentes precios a la primer ojeada; o en el terreno
personal como la adquisición de objetos difíciles de conseguir por
falta de su producción; o simplemente en acciones cotidianas como la
instalación de algunos controladores o fallas en el equipo que nadie
parece resolver, a él le llega la solución como caída del cielo. En
pocas palabras es un imán para la buena fortuna.
Sin embargo no todo es
fortuito. Amante de los videojuegos, nuestro suertudo amigo tiene un
doctorado como jugador con un currículo de 44 platinos en PSN, por
lo que en conjunto con su habilidad adicional y la tenacidad con la
que ha estudiado los lenguajes necesarios para la programación de
videojuegos, le ha valido el liderazgo de programación en el
proyecto de Dreamagine, el proyecto más grande en el que se trabaja
actualmente en Onirik Game Studio.
Así, ha crecido en los
terrenos de las oficinas de Onirik nuestro trébol de cuatro hojas.